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Prevención del cáncer de piel tipo melanoma

Foto: Nevus Melanocíticos Congénitos

Para entender las estrategias de prevención es necesario conocer cuáles son los factores de riesgo para  presentar la enfermedad y cuáles de estos son modificables.

Los factores de riesgo modificables son de origen ambiental, o sea, tienen que ver con la exposición de la persona a elementos del entorno. Sin embargo hay un factor de riesgo propio del individuo que puede modificarse, se trata de un tipo especial de lunar de nacimiento llamado nevus melanocítico congénito.

El mayor riesgo  de malignización los presentan los nevus melanocíticos congénitos de más de 20 cm, sin embargo los más pequeños tienen un riesgo del 1% o más.  La remoción del lunar es una alternativa para minimizar el riesgo, pero en ocasiones la cirugía no es posible, ya sea por el tamaño, por la localización o por el estado de salud del paciente. En estos casos es recomendable es que se hagan controles al anuales, especialmente durante la infancia  que es el periodo de mayor riesgo.

El factor de riesgo ambiental más importante es la exposición a la radiación ultravioleta, un tipo de energía no visible que es emitida por el sol  y por fuentes artificiales de luz. La exposición prolongada a la luz ultravioleta se ha relacionado con el melanoma de tipo lentigo maligno. La exposición intensa e intermitente a la luz solar o artificial (cámaras de fototerapia o de bronceado) es un factor de riesgo para melanoma de extensión superficial, especialmente la exposición en  la infancia. Un ejemplo típico de exposición intensa e intermitente  se da cuando los habitantes del interior del país viajan a hacia los litorales y se broncean en vacaciones.

Es recomendable evitar la exposición directa a la luz solar, especialmente  entre 9 am y 4 pm. Se recomienda el uso de pantallas solares; objetos o sustancias químicas  que reflejan la luz. Las mejores pantallas físicas son los sombreros de ala ancha, la ropa con factor de protección solar y las sombrillas, idealmente de tela gruesa y negra.  Las pantallas químicas son sustancias como el óxido de zinc o el dióxido de titanio, que reflejan la luz visible y la radiación ultravioleta. Estas pantallas químicas pueden encontrarse en algunos de los protectores solares del mercado.

Por otro lado existen los filtros solares; estos son sustancias que absorben y transforman la radiación ultravioleta  para evitar  que llegue a la piel.  Los filtros químicos se encuentran en la mayoría  de protectores solares medicados.

protector solar

El protector solar se debe aplicar 3 veces al día, con un intervalo de 3 horas, incluso en los días nublados o cuando las actividades del día se realicen bajo techo. Si se va a realizar ejercicio o  actividades en el agua debe aumentarse la frecuencia de aplicación. El protector debe ser aplicado generosamente, para la cara se requiere al menos la cantidad que cabe en la yema de dos dedos. Es conveniente el uso de un protector de amplio espectro (que proteja contra la radiación UVA y UVB) con un factor de protección solar (SPF) mayor o igual a 30. Es preferible que la elección del protector solar sea orientada por un dermatólogo.

A pesar de la utilidad de los protectores solares, las principales medidas preventivas siguen siendo las pantallas físicas, evitar exponerse a la luz solar durante  las horas de mayor intensidad y no utilizar cámaras de bronceado.

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